Saturday 29 June 2013

Extrañamente delicioso

En España no estamos muy acostumbrados a los chutneys. Son unas compotas que mezclan frutas y azúcar con hortalizas y especias. La verdad es que suena raro, pero están ricos (algunos). Seguro que alguno de ustedes ha probado la mermelada de cebolla con paté, o la de tomate con queso, pues esto es similar.

Mi primera experiencia con un chutney fue una cesta de navidad. Había dos tarritos monísimos, uno de chutney de mango y otro de chutney de pimiento. Con el de mango; pensé, "¡Qué bien!¡Mermelada!" Y menos mal que soy de leer etiquetas porque cuando vi que llevaba cebolla casi me da un síncope... Un inglés me dijo muy sonriente que eran buenísimos en tostadas y bocadillos... Ya, pero es que yo no soy de bocadillos (bueno, y que para mí los bocadillos son de tortilla o de jamón, no veo yo como combinar eso con mango...). Total, que los tarritos se fueron a la basura. ¡Qué mal comienzo!

Pero miren, hace ya tiempo que me picaba el gusanillo y es que hace un año, me sirvieron en un restaurante una salsa de piña con chile que estaba buenísima. Iba acompañando unas gambas a la parrilla y la combinación era tan deliciosa que, desde entonces, siempre he querido hacerla.

Encima, una buena amiga que se ha ido a Brasil, me explicaba hace un par de semanas que se había aficionado a hacer mermeladas y chutneys porque allí la fruta es riquísima. Y yo que soy envidiosa... ¡Mujeres! ¡Ja, ja, ja!

Y ya, para acabarlo de arreglar, la semana pasada se alinearon los astros: Tenía chiles en casa y pusieron las piñas en oferta en mi supermercado. ¡No podía decir que no!

Yo sabía lo que quería pero no tenia muy claro qué proporciones tenía que usar, así que recurrí a uno de mis chefs favoritos y le medio copié la receta (sustituí comino, curry y cúrcuma por un chile y el gengibre lo utilicé rallado en lugar de en polvo). Jamie, te debo una.
 

Lo probamos ayer con unos rollitos primavera (del chino, que aquí los viernes me tomo vacaciones) y ha quedado buenísimo. Al chile le quité las pepitas porque a mi marido no le gusta mucho el picante pero cuando lo vuelva a hacer, igual se las dejo porque con el dulzor de la piña, el picante se aguanta muy bien.

Unas ideas de cómo combinarlo: En tostaditas con queso crema para un aperitivo, con brochetas de pollo o con trocitos de pollo empanado, con gambas o pescado (a la plancha, rebozado o empanado)... En fin, que estos tarritos no se me van a la basura. Algo me dice que uno desaparecerá en nuestra próxima cena de niñas...



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